martes, 14 de diciembre de 2010

Se acaba el 2010, un año interesante.

El 2010 me ha resultado un año muy interesante, que no obstante haber sido un año complicado, me ha dejado un excelente sabor de boca.
Paladeo este fin de año y me sabe a varias cosas. Me sabe a amor. Me sabe a estabilidad. Me sabe a madurez. Este último trago de 2010 me sabe a un mundo de ingredientes, una gran gama de sencillos sabores y sinsabores que en conjunto asocio con una excelente cosecha.
Cosecho el fruto de muchos años de trabajo, de muchos años de coexistencia, de años y años de pensar y de andar por ahí. No siempre sé para dónde voy, pero voy siempre con muchas ganas y con la determinación de llegar. Ya me falta menos.
Me siento bien acompañado, no muy acompañado pero sí bien acompañado. Siento que el tiempo ha ido poniendo cada cosa en su sitio, y que ahora con todo más o menos en orden puedo tomar de aquí y allá sin perder tanto tiempo buscando. El orden tiene sus ventajas.
Cuando hago mi recuento de lo bueno y malo que me deja un año siempre trato de detenerme poco en lo malo y de revolcarme en lo bueno, llenándome totalmente con ello. Esta vez he decidido no hacer un recuento, simplemente pruebo lo que tengo en mi copa y con ese buen sabor me quedo.
Los buenos deseos para todos los que quiero están aquí ahora más que nunca, porque descubro que el sentimiento de bienestar se compone de muchas cositas que casi no se notan, pero que de granito en granito pueden llenar una vida a plenitud y color.
No puedo cerrar los ojos y negar que veo cosas que no me gustan, de modo que me conformaré con tener una influencia positiva, determinante y hasta donde sea posible contagiosa con el mundito que me rodea y comparte conmigo genes, casa y sueños.
Veo el 2011 como un año de esperanza, oportunidad para seguir aprendiendo, tiempo para seguir trabajando y para seguir recolectando los frutos que comeré de llegar a viejo, así como de seguir agregando lecciones, enseñanzas y recuerdos a esa herencia intangible que les quedará a los que me siguen.
Les deseo a todos un cierre de año en familia, con mucho amor, lleno de armonía, y un 2011 que les llene de felicidad, realización, éxito, plenitud y que les haga sentir tan bien como me siento yo hoy.

¡Salud!

Soy Perfil Bajo, de los Ruiz de Nochistlán.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Fin del año 2010, fin de Perfil Bajo 2010.

Hoy es viernes.
Hoy termina la penúltima semana laboral del año.
Con este año se termina también la pimera década del siglo XXI
Mañana y pasado tengo fiestas grandotas, con familias felices, organizadas por importantes motivos... qué bonito.

Este fin de año creo que nomás asistiré a una posada, ya que me he sentido muy poco amigo y sin mucho ánimo de festejar al niño de la forma más tradicional y pagana.

Quiero pensar que este fin de año marcará tambien para mí, el término de ciertas cosas, de ciertas actitudes, y que de la misma forma pintará la línea de inicio para otras nuevas, renovadas, más limpias, más nobles.

Este año que se me está acabando me marcó mucho por dentro. No sé ni bien explicar cómo ni por qué, pero aunque desde hace años me doy cuenta que voy cambiando, siento que este año está siendo fundamental en estos cambios.

Es tiempo de ponerse serio, es tiempo de empezar a poner mucha atención en acciones y decisiones que otras veces he tomado a la ligera. Es tiempo de cuidar mucho lo que digo. Es tiempo de pensar mucho, mucho más. Es tiempo también de escuchar. No puedo andar por la vida disfrutando nada más el sonido de mi voz y regodeándome en los bonitos conceptos que a veces tengo de mí. Quiero escuchar, quiero mirar con otros ojos y llenarme de lo que tengo alrededor. Es tiempo de cuidarme más, porque aunque hasta ahora parezco ser de hule, no puedo seguir confiado de que así sea. He visto como muchas personas se acaban casi frente a mis ojos, y aunque es un proceso muy natural, no deja de sorprender lo rápido de avanza. Yo me siento "casi" igual, me duelen más las rodillas, me duele más la espalda, me rinde menos la noche, me llena más la comida, me antoja menos la cheve, me cala más el frío, me cubre menos el pelo... pero eso si, sigo estando bien pinche guapo.

Físicamente eso me noto, aunque seguro hay más. Pero emocionalmente también veo y siento cambios, por mencionar algunos, me despierto muy positivo por las mañanas, tolero mucho mejor las cosas que me molestan, hablo menos, pero cuando hablo trato de decir más, participo menos en las polémicas porque le he perdido el gusto a discutir, disfrutando mucho más ahora el siemple hecho de compartir.

Me siento muy orgulloso de mi trabajo como padre hasta ahora. Sé que no he sido el mejor, pero espero estar criando a dos seres humanos únicos, adorables, inteligentes, empáticos, racionales, altruistas, solidarios, amorosos, honestos, sinceros, determinados. Mexicanas ejemplares, exitosas, felices, a las que espero Dios les dé la dicha de gozar una larga vida y, si es su deseo, formar una familia. Ni hablar de que son bellísimas y el mundo gira alrededor de ellas. Son el sol.

Sé también que como persona me falta, y a estas alturas ya me faltó por el resto de mi vida, mucho para ser todo lo que idealizo. Sé que tengo una gran colección de defectos que ya de plano no se corrigieron, pero ya aprendí a aceptarme como la persona imperfecta que soy sin frustrarme.

Entiendo que todos llegamos a este mundo con una mano adelante y otra atrás, y que a cada quién nos son otorgadas "herramientas" con las que habremos de forjar nuestra vida. Las herramientas que a mí me fueron dadas no son de las que más ayudan para proyectar lo que muchos conceptualizamos como éxito, pero siento que sí me fueron dadas las herramientas que llevamos dentro para alcanzar ese otro tipo de éxito que no se vé. El éxito de sentirse pleno y en paz con uno mismo. El éxito de saber que se hacen o por lo menos se intenta hacer las cosas bien, el éxito de alcanzar la felicidad con lo que se tiene y no vivir esperando a que llegue lo que hubiera querido tener. Estoy cierto de que todavía hay cosas por venir, pero no pienso vivir esperando. Tengo lo que tengo, y sólo con eso puedo hacer mis planes.

En el apartado de los reproches y los errores cometidos tengo muchas cosas que no me he podido perdonar. Tengo mi lista de culpas grabada en piedra y espero que Dios sí me perdone porque yo nomás no he podido.

Todo lo que comento forma parte de lo que soy: Un tipo animado por un puño de consejos, costumbres, defectos, intenciones, actitudes, recuerdos y planes.

Este soy al término de este año. No mejor y tampoco peor, sólo evolucionado. Distinto. Recargado, JA!!!

¿Tú quién eres?

Soy Perfil Bajo, de los Ruiz de Nochistlán.

La primera impresión

"Sólo tenemos una oportunidad para causar una buena primera impresión". Hoy recordé esa frase, y también recordé a la Tía Matilde...