miércoles, 12 de diciembre de 2012

La punta del iceberg

Ayer, al ir caminando vi una pequeña nota pegada en el espejo lateral de un automóvil de un compañero de trabajo. Eran sólo tres letras acompañadas de un nombre corto que terminaba en "y", así como dicho con cariño.

Me vino a la mente la cara de mi compañero, al que yo encuentro muy poco agraciado y prefiero no describir...

aaaah picarón!!!! ¿quién iba a decir que anda de coqueto? o todavía peor, ¿quién iba a decir que alguna "señorita" de los alrrededores podría estarle coqueteando?

Podrá sonar todo a envidia, pero lo que me dejó pensando ese asunto, es cuánto escondemos las personas, o digamos, no tanto como esconder, pero todo lo que no decimos queda en el misterio. La pregunta normalmente dice ¿cuánto sabes de mí? pero la más interesante sería ¿cuánto ignoras de mí?

Compartimos el camión, la acera, la fila en el banco, la mirada, el auto, la casa, el chicle... pero ¿cuánto ignoramos de la gente?

Por poner un ejemplo, tuve de vecinos (puerta con puerta) a un matrimonio con una hija de edad similar a una que tengo yo, vivimos así de cerca por varios años y si ahora me preguntaran que qué sé de ellos diría:

Él es alto, no podría reconocerlo nada más salir de la cuadra, le gustan los autos de perdedor y quien sabe cómo se llame.
Ella es bajita (llegué a dudar que la diferencia en estaturas se pueda emparejar en la cama y no menos de una vez pesé "mmm golosilla") habla con acento que me suena al sureste, ha tenido sólo un pijama en los últimos seis años, compra muchos birotes en el estanquillo de la esquina y tiene un nombre que me suena a marca de pastas que dicen quedar siempre "al dente".
ellita es como una reducción de su madre (si cupiera imaginarlo) y su cabeza siempre me pareció medir como una tercera parte de su estatura total, podría estar exagerando pero asi me lo parece. lleva el mismo nombre bizarro de su madre, que dicho para ella debería sonar algo así como varinita.

¿qué ignoro de ellos? pues sabrá un carajo si nunca supe ni quienes eran!! pero bueno, ese es un ejemplo radical, pero igual si aterrizamos un poco más el asunto ¿cuánto ignoras de tu padre? A mí esto que queda de la misma dimensión que el ejemplo anterior, pero no todos viven mi caso y cuando piensan en su padre tal vez logren tener una imagen más o menos clara y sentir que lo conocen.

A qué voy? como es mucho más lo que desconocemos que lo que conocemos de nuestros conocidos, éstos deberían ser más bien nuestros desconocidos, y que los desconocidos de los que realmente desconocemos todo, sean los desconocidos de alguien más, pero no los nuestros.

Aun cuando hablamos como decimos "a calzón quitado", decimos sólo una parte y la frase es muy correcta, porque aun en cueros, yo encuentro a la gente muy llena de misterios.

Somos pues como grandes montañas de hielo, que muchas veces vamos juntas, pero que nomás nos conocemos las puntitas (recordar, somos icebergs), y me resultó de momento muy interesante tratar de medir lo que desconocemos de nuestros conocidos, de los amigos y la familia.

Soy Perfil Bajo, de Los Ruiz de Nochistlán ¿te conozco?

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Memoria temporal

En estos tiempos, no suena nada raro decir que anda uno buscando su memoria (esos curiosos cuadritos plásticos con gigas y gigas de capacidad), en la que se guardan cosas del trabajo, tareas copiadas, el vídeo de sexting de la escuela, música y un largo etc.

Pues bien, si mi recuerdo no me falla, este ha sido un tema recurrente en mis reflexiones, ya que la buena memoria nunca ha sido lo mío. Tengo memoria eidética para retratar autos, pero soy incapaz de reconocer a cualquier persona que haya visto menos de 20 veces. De hecho, si me cambian el entorno, puedo desconocer a quien sea. Desconozco a mi mamá en el mercado.

Pues bien, el viernes me pasaron dos cosas que bien, puede ser equivocación de mis interlocutores, o culpa de mi querida memoria.

Primero me dice un amigo, a quien tenía tiempo sin ver:
-todavía traigo el autoestéreo que me pasaste para mi carro.
-cuál? -contesto yo
-el de cassettes que le quitaste a tu carro cuando lo compraste
-a cuál carro?
-a este que traes ahorita

Recurro a mi memoria y según recuerdo, tengo ese autoestéreo todavía guardado en mi clóset.

Él me muestra el interior de su furgoneta y si, ahí está el aparato que me describe, y de hecho me parece conocido.

-te lo vendí o te lo regalé? -le pregunto, con la esperanza de habérselo vendido y que todavía me deba algo-.
-me lo regalaste Perfil Bajo, muchas gracias, ahí anda todavía jalando bien!
-no pues de nada Nachón, que bien que te salió bueno.

Ya yo me quedé pensando que tal vez no hay nada guardado ahí donde según yo tengo algo guardado "para después". Pero todavía más allá, pienso que bien puedo haber tenido dos iguales y haberlo olvidado. Decidí revisar el clóset llegando a casa, pero claro que lo olvidé hace ya casi una semana.

Terminando esa plática, me acerqué con otro amigo; uno que vive o vivía el Chiapas y que bien puede llamarse Javier. Empezamos a hablar y muy pronto me preguntó si todavía tenía mi honda blanco dos puertas.

-Yo?
-claro Perfil Bajo!, tu honda blanco dos puertas! el que llevabas cuando te vi en el bar fulano (perdón, también olvidé el nombre)
-Javi, no era yo.
-claro que si eras, estuvimos hablando largo rato.
-No recuerdo haber tenido un honda blanco dos puertas Javi.
-¿no te acuerdas? -me preguntó, pensando seguro que yo estaba ebrio a reventar, lo cual podría haber sido.
-No, no me puedo acordar, pero si me viste, seguro ahí estuve, sólo me interesa saber qué le hice al auto, porque no recuerdo haberlo vendido.

Él sólo se rió de mi ocurrencia, y con él, se rió la mitad de mí, pero la otra mitad se quedó pensando dónde estará mi memoria de ese día? habré sido yo? realmente tuve un honda blanco dos puertas que me esté olvidando o es sólo otro caso de mis otros yos, que por ser bien parecido tengo aquí y allá?

Creo ser Perfil Bajo y memoria, si me recuerdas búscame.

La primera impresión

"Sólo tenemos una oportunidad para causar una buena primera impresión". Hoy recordé esa frase, y también recordé a la Tía Matilde...