lunes, 28 de diciembre de 2009

Una para comentar del sábado pasado

Dice unos de mis amigos, Perfil Jugoso, mientras platicábamos del acoso de los gays en los gimnasios:


"Al gimnasio donde yo voy va puro puto!!!"


Vaya forma de salir del clóset.




Saludos
Perfil macho.

Se acaba el 2009!!!

Pues sólo un saludo breve que para mí es suficiente para que no pase desapercibido que el 2009 se termina.


Este fue el año del estrés, de la incertidumbre, pero también un año de mejoría ya al final. Han pasado cosas malas también, pero pesan más las buenas así que me voy con mis números negros listo para empezar el 2010 con mucha esperanza, todavía con cuerda para perseguir algunas metas que en el 2009 no alcancé, pero que mis esfuerzos me dejaron ver que si puedo, que es sólo cosa de no quitar el dedo del renglón y seguir jalando.


Alguien me dijo que es un año par, y que los pares son mejores, así que me quedo con eso sin averiguar mas. Este año par será muy bueno y trataré de sacarlo sin sobresaltos, con abundancia, llenso de buenos momentos y rtatando de ser útil  a los que me rodean.


Yo ya estoy listo para hacer mi parte, gracias 2009, bienvenido 2010.


Perfil Bajo.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Carta de madre guasavense

Esta no es mía, pero me gusta.


CARTA DE UNA MADRE GUASAVENSE A SU HIJO


Querido hijo:Te escribo estas líneas
para que sepas que estoy viva.Te escribo lentamente
 porque sé que no sabes leer de prisa.
 Si recibes esta carta es porque te llegó, si no,
 avísame y te la mando de nuevo.
 Tu padre consiguió un trabajo muy bueno; tiene 500 personas bajo su    cargo.....
 cuida el cementerio del pueblo.
 No vas a reconocer la casa cuando vengas, porque nos mudamos.
 Fíjate que a tu tía Rosa le pasa al revés que a mí: ella cuando toma café no puede dormir;
 en cambio yo, cuando duermo no puedo tomar café.
 Sabes? finalmente enterramos a tu abuelo, encontramos el cadáver
 ahora con todo esto de la mudanza, estaba en el armario, desde ese día que ganó jugando al escondite.
 Lamento decirte, hijo, que la semana pasada tu padrino se ahogó en la destilería en un tanque de brandy.
 Varios hombres trataron de salvarlo pero luchó valientemente contra ellos,
 tardaron tres días en apagar el fuego cuando lo cremamos.
 Hoy tu hermana Julita tuvo un hijo, pero como todavía no sé si es
nena o nene, no sé si llamarte tía o tío.
 Quien hace mucho que no aparece es tu tío Venancio, que murió totalmente el año pasado.
 El otro día tu hermano José cerró el coche con seguro y dejó las llaves dentro.
 Tuvo que volver a casa para buscar el duplicado y poder así sacarnos a todos.
 La verdad es que ese día no la pasamos muy bien porque también cuando venimos
bajando las escaleras eléctricas en un Centro Comercial, de repente se ha
ido la luz, por lo que nos quedamos 4 horas varados hasta que regresó.
 Bueno, pero el clima no es tan malo; la semana pasada sólo llovió
dos veces; la primera vez por tres días y la segunda por cuatro días.
 Oye hijo, la chaqueta que querías, tu tío Pepe dijo que si la mandábamos con
los botones puestos, pesaría demasiado y el envío seria muy costoso, así
que le quitamos los botones y los pusimos en el bolsillo.
 Todos te extrañamos mucho, pero mucho más desde que te fuiste.
 Tienes que escribirnos contándonos cómo te va con tu nueva novia extranjera;
 no sabes cómo nos pusimos de contentos cuando nos enteramos
 que estabas en cama con Hepatitis, ¿Es acaso griega? Pues no nos lo aclaraste.
 Esta carta te la mando con Juanito, que va mañana por ahí.
 A Propósito, ¿puedes buscarlo cuando llegue al aeropuerto?
 Bueno, hijo, no escribo el remitente porque no sé la dirección nueva.
 La última familia guasavense que vivió en esta casa se llevó los números para no tener que cambiar dirección.

Tu madre que te ama, YO (Jesusa Lopez hdez)

PDT: Te iba a mandar 100 pesos, pero ya cerré el sobre.

martes, 15 de diciembre de 2009

Todas las cosas pasan por algo. ¿Qué le hacemos?

Pues si.


Hoy me puse a cotizar seguros automotrices para proteger por ahi un pequeño patrimonio y bueno. Las cosas pasaron así:


Despues de preguntar varias, muchas veces en pocos días si ya tenía seguro ese pequeño bien, ayer se apareció una promotora de seguros en mi oficina. Para pronto le pregunté por un seguro con las características que andaba yo buscando y ya me dijo "esta tarde lo tiene". Pues la joven promotora no se apareció ayer y ya estaba yo pensando que no aparecería cuando una morenita muy llena de curvas me sonríe desde lejos. Yo pensé lo de diario "todas se vuelan conmigo, pero qué le voy a hacer" y le regalé mi mejor sonrisa (que la verdad no es mucho decir).


La cosa es que la morenita coqueta me siguió hasta mi lugar, y pensé lo evidente: "soy irresistible, esto me traerá problemas". Bueno, pues ya se presentó y me dijo "no se me ha olvidado", cosa que claro que me asuntó porque no están los tiempos para andar reconociendo hijos, pero lo bueno es que quedó en menos. Nomás me debía una cotización del pequeño patrimonio rojo. 


Hice las acotaciones necesarias, me entregó la lista de requisitos, y pues ya, acordé conrtatar el servicio porque el precio era en verdad irrisorio a cambio de la protección que sabemos en estos días es muy necesaria para cualquier cosita que quiera uno proteger. Ya le llamo a Perfil Musical para que me diera un dato y cuál, que el pequeño patrimonio en cuestión cambió de dueño horas antes. 


¿por qué? pues no se, pero todas las cosas pasan por algo.


He escuchado eso del "easy come easy go" pero no me declaro fan, claro que me gusta que las cosas me duren sin importar cuánto trabajo me hayan costado y pues bueno, de poco consuelo sirve cualquier comentario, pero pues lo más sano es entender que las cosas son así, y que Dios compensa, jala de un lado pero afloja de otro. Nadie tenemos de todo en esta vida. Es la ley del universo nivelando las cosas por sus caminos misteriosos, lo que no me gusta es que lo haga a través de los mugrosos bandidos que se despachan con la cuchara de uno.


Ya me ha pasado. El año pasado justo en estas fechas le dije a otra promotora de seguros que me cotizaba un pequeño patrimonio igual a este que ayer voló y revisé mis cuentas y le contesté "oiga, que caro, está tan caro que me dan ganas de chocar nomás para aprovecharlo", total que le dije no gracias. 


A los dos días efectivamente choqué y deje mi pequeño patrimonio en calidad de plato hondo para cereal. Afortunadamente salí ileso, porque el asunto no se veia nada bien y segurito Dios me cuido por algo, algo que debo hacer en esta vida, algo que no he terminado, porque me he librado de muchas, sobre las que no abundo porque pues son muchas y es mejor que queden atrás.


En otra ocasión dejé el estéreo de mi carro en la que aquélla ocasión fue "mi primera vez" de dejarlo peusto y si, de la nada alguien salió y se lo llevó dejándome un cristal roto. ¿Por qué se preguntarán ustedes? si era la primera vez, si no había nadie, si yo nunca hago eso... pues si, porque por algo pasan las cosas.


Cae un piano en donde estaba yo parado, la señora a la que se le escurre el chile de las papas en bolsita sobre el del traje y corbata en vez del de playera roja, la gorda que siempre invariablemente se atraviesa justo cuando la mas sabrosa de la parada del camión se levanta, las cervezas que se acaban cuando más sed tiene uno, el jefe que llama cuando contesta uno "carnicería el puerco feliz", o todos callados cuando el chavo dice "maistro longaniza".


No tengo la respuesta a por qué pasan las cosas pero me consuelo pensando en que todas pasan por algo. Seguramente ese pequeño patrimonio que hoy se va pronto regresará ¿cómo? sólo Dios lo sabe, tal vez en forma de otro igual, pero más bonito. O en forma de una nueva chamba, o en forma de algún otro tipo de buena noticia, mientras que como el universo es equilibrio absoluto, seguramente al otro patán le llegará su factura por lo que hizo. Así lo voy a pensar.


Así que por lo menos hoy me quedo tranquilo esperando a que el universo y Dios se confabulen para que esas cosas que tienen que pasar pasen, que sean buenas y que cuando lleguen las sepa yo reconocer.


Por lo pronto señores hoy me voy, y no me pregunten por qué, ya que todas las cosas pasan por algo.


Perfil Bajo, de lso Ruiz de Nochistlán.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Mi colección de compulsiones

Tengo unos tres años que me descubrí compulsivo, y aunque sé que tengo muchas, nunca me he sentado a revisarlas con detenimiento pero hoy que me regresé dos veces a observar un detalle en el auto de mi esposa Perfila Sabrosa, y luego otras dos veces a revisar algo más en el mío, decidí que es momento de revisar un poco ese asunto.

Hace un par de días sentí que el automóvil de mi esposa (que yo conducía) rozó con algo al salir de un estacionamiento. En ese preciso instante me bajé y revisé a oscuras: no vi nada, pero deduje que fue el machuelo que raspó un poco un tapón de una rueda. Palpé con mi mano toda la lámina, el tapón y la llanta... nada.

Ese mismo día más tarde, al llegar a casa me bajé y con el celular en la mano apunté la lucesita para seguir observando... nada. Hoy por la mañana salí de la cochera en mi auto, y ya estando afuera me regresé, observé la rueda del auto de mi esposa y... nada. Salí ya con rumbo a mi trabajo, pero justo antes de subirme a mi carro pensé ¿cómo no va a tener nada si yo bien que sentí que algo rozó?. pues me regresé al auto de Perfila y observé cuidadosamente, luego contra la luz, luego la llanta y al mirar el tapón del rin ¡¡¡ahí estaba!!! era una pequeña cortecita de pintura color amarillo. El machuelo de aquél día estaba pintado de amarillo, y fue en ese momento cuando confirmé que mi teoría era correcta, que simplemente había rozado el machuelo sin provocar más daño que desprender una partecita de pintura tanto del tapón como de la acera, cosa que por fin me consta.

Ya al bajarme de mi carro en el estacionamiento del trabajo lo miro desde unos 40 metros y creo verlo un poco más bajo de atrás que de adelante. Ayer lo estacioné viendo hacia el otro lado, así que observé el lado contrario y se veía perfectamente igual de alto adelante y atrás, así que no es correcto que de este otro lado sea más baja la parte trasera. ¿en qué me afecta? en nada, pero ¿cómo puedo manejarlo así, sabiendo que está más bajo de un lado? Me regresé y metí la mano entre cada rueda y salpicadero para más o menos medir, le dí dos vueltas completas, volví a medir... estoy seguro, es más bajo de atrás en el lado izquierdo. No es algo grave pero si han de ser unos dos centímetros quee por supuesto voy a nivelar el sábado que es el día más cercano que tendré oportunidad. Lo haría ahora mismo en el estacionamiento pero no traigo gato. Me alejo de mi auto caminando y volteándo atrás para verlo chueco hasta que lo pierdo de vista. Y no lo he podido olvidar porque en este momento estoy pensando con pesar que mi auto está ahí a la vista de todos posando "de ladito" ante el público indiferente.

Hoy solo me he lavado las manos unas cuatro o cinco veces, pero acostumbro lavarlas a diario unas veinte o más.

Hoy he contado el dinero en mi billetera dos veces, pero lo hago un par de veces antes de cada pago y un par de veces después.

olí el jamón y las tortillas con que preparé mi desayuno, ya se a que huelen, pero lo hice igual. No vayan a estar descompuestas, aunque apenas hace dos días que llegaron al refrigerador.

Serví mi café vaciando todo un sobre de sustituto de crema en mi taza, un puño aleatorio de café y sin agitar llené mi taza de agua caliente. Así me lo tomo, no lo agito, no lo mido, y sin importar que sepa a rayos me lo tomo.

Cuando salgo del baño reviso mi bragueta al menos un par de veces para asegurarme que esté cerrada. Cuando entro al baño nunca permito que alguien esté en ninguno de los baños contiguos, debe haber por lo menos uno de por medio.

Cuando como, el alimento principal siempre debe estar del lado derecho y la guarnición al izquierdo. No puedo empezar si no tengo servilleta para limpiar mi boca después de cada bocado. Si son alimentos que se toman con la mano pues también limpio mi mano sin importar que en diez segundos vaya a estar de nuevo embarrada de algo.

La servilleta va o extendida en su forma original o doblada por la mitad, exactamente por la mitad.

Cuando pongo talco en mis zapatos este debe estar distribuido de una forma que no tiene ninguna técnica definida, pero pongo talco, veo el zapato, lo muevo a un lado y otro... más talco, agito, ladeo, observo... más talco... y así hasta que como resultado de esto no es raro que traiga los zapatos como empanada porque al caminar el talco empieza a salir por las costuras.

Me como los tacos, tostadas, tortas y esas cosas con tenedor, porque si no las manos me huelen a taco (o torta), y esto no tendría nada de malo si simplemente me las lavo después de comer y me olvido del asunto. Pero no... luego de lavarmelas las huelo constantemente buscando un olor a comida, y las lavo de nuevo, y reviso y así...

Antes de dormir reviso la calle en busca de lo que sea, reviso la chapa de la entrada, las hornillas de la estufa, mi alarma, me acuesto, pongo la almohada en mi cara y a dormir... no, espera, debo revisar todo de nuevo. Repito el proceso y a dormir... no!!! no puedo dormir si no reviso la estufa, pero ya la revisé ¿y si crei ver algo que no es?. Revisaré de nuevo, y de paso bajaré a la cochera a revisar que los carros estén bien cerrados. Vuelvo a entrar y luego de cerrar saco la llave de la chapa hasta la mitad, porque me he dado cuenta que si la dejo totalmente dentro se puede abrir desde afuera con la uña.

Si me encuentro una marca en la piel, un rayón al carro, un dolor en un dedo, o un hilo suelto en mi ropa empiezo a hacer todo un ejercicio deductivo para saber exactamente qué pasó.

Ahora que perfilita menor se enfermó la llevamos de inmediato al doctor, la revisaron, dijeron que tenía una irritación de garganta, la medicaron y no. No le creí al doctor. El no sabe su trabajo porque aunque estudió no sé cuántos años no es tan observador como yo. Así que al día siguiente fui a otro doctor. Pagué una prueba de influenza que resultó negativa, confirmaron el tratamiento anterior y listo, a mi casa.
Pasaron un par de días y no. Ese doctor tampoco sabe lo que hace, ni el laboratorista. Mi hija no mejora a pesar de tomar todo lo que le indicaron, así que yo decido que tiene influenza. La llevo a un tercer doctor que la revisa, nos recomienda la prueba de la influenza que esta vez resulta positiva y le manda un tratamiento. Perfilita mejora casi de inmediato y al día siguiente está mucho mejor. Ese doctor si sabía lo que hacía. Conoce su trabajo tan bien como yo.
A los mecánicos siempre les llevo mis fallas con mis diagnósticos, y muy rara vez fallo.

Reconozco un auto siempre que lo veo, aunque sea de un total desconocido, pero no reconozco ni a mi hermana si la veo en el super mercado.

Al bañarme el proceso es siempre el mismo, exactamente igual. Y al terminar repito.

Guardo las cosas con órdenes geométricos, o con código de colores, pero igual, si algo está fuera de su lugar ese se convertirá en su lugar, tal como pasó con el pegamento amarillo en el marco de la ventana. O con el cargador de mi celular, en el mismo marco de la ventada pero del otro lado del cristal.

En fin, tengo muchísimas más, pero lo que me parece curioso es que para algunas cosas soy un auténtico "durmiendo con el enemigo" y para otras no tengo ningún orden. Puedo pasar 7 días sin rasurarme. O tres. Me puedo llevar las patillas y no pasa nada. Es más, podría tener una si y una no. De hecho claro que ya he revisado mi cara y sé que estoy totalmente asimétrico, me ví un ojo más chico e incluso más abajo, una oreja de una y otra de otra. Además claro que una está más abajo. Tengo la lonja de la panza más gorda de un lado, un dedo chiquito manos redondo que el otro, las fosas de la nariz chuequísimas, junto con el tabique y de los dientes ni hablar, soy como la disneylandia de un dentista, pero bueno, con mi cuerpo no hay mucho que hacer, así que tal vez por eso me obsesione con cualquier otra tarugada. Podré parecer dibujado por Picasso pero no puedo ver una calcomanía chueca, prefiero quitarla.

Doctor ¿estoy loco?

Saludos, Perfil Bajo, ¿si soy perfil bajo? ah si, si soy. ¿seguro? si, bajo y chueco, ok ok.

martes, 8 de diciembre de 2009

¿por qué los hombres no usamos bolsa?

Hoy después de darme cuenta de que olvidé mi teléfono celular llegué a la conclusión de que lo olvidé por no usar bolsa.


He tenido contadas experiencias usando bolsa, algunas cargando la de mi esposa, otro día la de mi exjefa, una con mi intercambista, pero en todas me queda claro que combinarlas no es fácil. Acostumbro usar zapatos cafés y unas pocas veces otros verdes que no combinan con absolutamente nada pero igual me los pongo y parece que voy por la vida parado en dos sapos.


No ha de ser nada fácil el arte de combinar una bolsa con los zapatos y los accesorios, y que además tenga un tamaño apropiado para la ocasión, que no brille si es de día, que no tenga lazo si es noche de fiesta, que no parezca pañalera, que no parezca portafolios, que no cargue uno cosas de gratis, pero que tampoco olvide uno nada.


Si tuviera una bolsa verde con café seguramente ahorita no vendría cargando con:
-Gafette del trabajo
-cepillo de dientes
-pasta dental
-2 sobres de gel antibacterial
-Ipod
-audifonos
-bálsamo para los labios color rojo (ya sé, suena jotísimo pero fui a la farmacia a comprarme uno para los labios partidos y me dieron este, y ya la primera vez que me lo puse me quedó la boca muy sensual. ¿Y cómo no? ¡es rojo! la cosa es que es rojo, pero como ya es mío pues a usarlo, ni modo de tirarlo o regalárselo a alguna loca que lo luzca menos que yo)
continuo...
-dos manojos de llaves tipo San Pedro
-una o dos servilletas
-una memoria usb
-monedas varias y
-ningún celular.


Después de mi inventario no me sorprende que me digan de vez en cuando que conservo "mi atractivo", pero la verdad creo que es pura falsedad porque todo eso cabe en las bolsas de mi pantalón y si cabe dentro seguramente se ve de afuera.


No sé si sea a nivel nacional o una mariconada local, pero he visto hombres con sus famosas "joteras" que no me parecen otra cosa que eso, una jotera. No se si sea prejuicio pero no estoy preparado para usar bolsita.


Si usara bolsa creo que cargaría también a diario con galletas, sustituto de crema para café, cafetera italiana, lentes de sol, talco para patas, desodorante, chicles, recibos de nómina, zapatos bajos jajaja  no es cierto, gotas para los ojos rojos, trapo sacudidor, cámara fotográfica, cable mini usb, agenda... es lo que se me ocurre de momento.


Mientras tanto creo que seguiré limitándome a usa pantalones con bolsas grandes para poder cargar mi inventario y esperaré pacientemente a que alguien invente algo digno para que los hombres podamos cargar con nuestras cosas.


Perfil Bajo, el hombre del trasero enorme.


P.S. Si alguien no sabe qué regalarme apúntese con una bolsa café de tirantitos.

lunes, 7 de diciembre de 2009

la visión del Chamán Galáctico Maya, Ser feliz, estar en paz.

Ignoro cómo le hizo este chamán para ser galáctico, pero yo también quiero ser galáctico. 
Ignoro también si esto es como dice facundo "algo que alguien le contó", me suena a una enseñanza muy sabida y que seguramente a muchos se les ocurrió antes que a "Don Lauro", pero coincido con las ideas.

SER FELIZ, ESTAR EN PAZ.

Al final toda la enseñanza de la vida puede resumirse en esta simple frase: ser feliz y estar en paz.

Estar feliz con tu camino, sea el que sea, es el principio, para al final estar en paz. El principio y el fin sucediendo al mismo tiempo. Hay que recordar que todos los caminos conducen a la luz, todos, sin excepción.

Don Lauro, el chamán galáctico Maya, manda decir que ahora ya sólo nos queda esta doble misión: ser feliz y estar en paz. Es todo lo que necesitamos para entrar en el proceso de la ascensión colectiva.

No le debo nada a nadie, nadie me debe nada. No me falta nada, lo tengo todo. No tengo que aprender nada, sé todo lo que necesito.

Soy feliz porque ya comprendí el juego de la vida. Soy feliz porque ya agradecí mi camino. Soy feliz porque miro la vida con amor. Soy feliz porque sé que nada es personal. Soy feliz porque amo a mi prójimo como a mi mismo. Soy feliz porque salgo a encontrar sin buscar. Soy feliz por Ser Humano y Estar en la Tierra del Amor.

Y estoy en paz porque ya me perdoné y pedí perdón a quienes ofendí. Estoy en paz porque ya no siento culpas ni remordimientos. Estoy en paz porque ya acepté Ser quien realmente Soy. Estoy en paz porque Soy Dios en Uno. Estoy en paz gracias a que vibro la vida desde el corazón. Estoy en paz porque ya no tengo prisa de nada. Estoy en paz porque ya no tengo miedo, ni siquiera a la muerte. Estoy en paz conmigo y con los demás.

La vida es simple, la belleza es natural, el sol nace para todos, el amor es la constante universal. La vida es un milagro que se desdobla ante nuestros ojos a cada instante.

Es cuando Uno comprende el verdadero significado de la expresión: hágase en mi tu voluntad.

Después sólo nos queda vivir en estado de amor: Ser feliz y estar en paz.

Si cada Uno lleváramos a la práctica esta simple enseñanza del Maestro Don Lauro, el mundo se transformaría al instante en el reino del amor que en verdad es.

Aquí y ahora: Ser feliz, estar en paz.
---
DON LAURO

Saudades
Perfil Galáctico Bajo. 

viernes, 4 de diciembre de 2009

¿Más que un ganso?

Bueno, esta es una pequeña síntesis que rescato de una conversación que tuve con mi hija Perfila Baja y Sabrosa I, en la que la verdad sin mucho sustento pero con mucha imaginación le expuse la que ahora es mi "teoría sobre la población de América".


Todo empezó porque me contaba que ahora que vive en Canadá le molesta que los canadienses creen estar en el centro del mundo, que el idioma más hablado del mismo es el Canadiense, que el polo norte y el polo sur están en canadá, que Einstein era canadiense, que el peje es canadiense, que los tacos son canadienses (y que se dice "tacous" y que los únicos mexicanos buenos son los mexicanos canadienses. Aseguran además tener un clima excelente y que México no les gusta para nada.


También hay que mencionar que la muestra de canadienses de la que rescato estas opiniones es pequeña: dos.


Pero bueno, la cosa es que ante tal descaro no pude sino darle argumentos de por qué no deben estar tan orgullosos de su rancho helado.


Empiezo con el argumento de que los primeros humanos vinieron de asia en algún periodo glacial en el que pudieron atravesar por el estrecho de Bering. ¿a qué vinieron? pues a conocer supongo, o tal vez huyendo de los Chinos ¿o vikingos? da igual, se parecen (aunque pensándolo mejor ellos eran "los chinos") que ya empezaban a caer gordos por sus prácticas comerciales abusivas.


La cosa es que vinieron, y bueno, habitaron en paz en pequeños iglues comiendo peces y haciéndo abrigos de focas. Pero esos no eran canadienses, esos eran chinos importados al helado territorio norte de américa, eran o habrían de convertirse en esquimales, no en canadienses.


Pero ahi tienen pues que llegan luego los Franceses y los Ingleses (ambos muy agradables, nada flemáticos y pedantes) y pretendiendo hacer amistad con los pobres chinos esquimales pues les robaron su territorio y desde ahi todos se volvieron europeos.
Con el tiempo a estos chinos vikingos europeizados se les olvidó su origen, y no sólo eso, sino que se les olvidó quienes los colonizaron y se declararon independientes en 1870 o algo así, aunque nadie les tomó en serio hasta 1931, cuando se reconoció su independencia, cosa que no les habrá costado ningún trabajo aceptar a sus colonizadores, ya que es un terrenote (el segundo más grande del mundo) sólo superado en tamaño por la antártida (pero la antártida es de hielo) y rusia. ¿coincidencia? noooo, los países más grandes del mundo lo son por la grandísima demanda que tienen por su adorable clima, exquisita vegetación y variada fauna. En fin, se declaran independientes y ahora son los flamantes canadienses, con una cultura ancestral de 100 años que los preceden!!!  Entre sus aportaciones al mundo tenemos las fabulosas hamburguesas que no recuerdo como se llaman, y... mmm.... si alguien puede recordar otra cosa puede dejar un comentario. En fin, un país como ningún otro, en el mejor lugar de américa, con un clima tropical delicioso de donde nadie quiere salir (no hagamos notar que todos los años méxico se llena de canadienses pensionados que si no se vinieran al calorcito probablemente pasarían el último invierno de su vida), que se independizaron porque lucharon y no porque les dejaron el territorio porque no valía un cacachuate. Seguramente se pobló al último porque como el postre, guardaron lo mejor para el final, y no porque ya estaba todo lleno y entonces como en el juego de las sillitas los canadienses se quedaron sin silla. ¿tienen traje regional? ¿comida típica? ¿historia? ooooh si... como no tienen nada de eso es más fácil apropiarse de lo ajeno y sufrir amnesia.


Para esos tiempos en que Canadá se integraba al mapa, méxico ya existía, ya habíamos sido mayas, aztecas, mexicas, toltecas, chichimecas, olmecas y no sé yo que más. Ya le habíamos dado un patín en el trasero a los españoles y eramos libre, soberanos y no tan pobres!!! tenemos una cultura rica, tradiciones, buen clima (cada vez menos), variadísima gastronomía paisajes hermosos, montaña, bosque, selva, océanos, desiertos, caray... me encanta la selva canadiense.Casi creo que ni cantantes tienen.


Le contaba a Perfilita que las ballenas emigran a méxico a procrear (Perfilita no sabe qué es eso), hasta los gansos y mariposas monarcas emigran para acá todos los años, y estamos hablando de animales e insectos sin mucho cerebro.


Por último le dije a Perfilita Bajita y sabrosita que para pensar que en verdad Canadá es mejor que méxico había que ser más idiota que un ganso.


No estoy seguro de haber logrado el efecto deseado, pero ciertamente ni méxico está tan jodido, ni canadá tan bendecido.

Perfil Azteca

jueves, 3 de diciembre de 2009

Hoy no se vende nada

Pues apenas regreso de mi remodelación de oficinaen la que pasó de todo.


En mi área temporal nunca me llegó la conexión de red, ni el agua para café.


Ya de regreso me han instalado y reinstalado el escritorio tres veces:


La primera porque había que hacerlo, la segunda porque quedó 50 centímetros fuera de lugar, y la tercera porque nomás la movieron 20, así que siguen faltando los otros 30 que no sé cómo jijos pensó el "ingeniero" que se iban a ajustar solos.


Ahora con la especialización de las tareas tenemos un instalador de cables grises, otro de cables azules, y un tercero para mover muebles. Está también el que mueve cajas, y cada uno de los anteriores tiene un jefe o varios, además de un cliente o varios.


Al día de hoy tengo una extensión para robarme la luz de otro contacto, porque los dos que tiene mi escritorio no sirven. Tengo un cable de red conectado temporalmente que sale de un hoyo en el techo, que parece de queso porque tiene varios, ya que cada movimiento implica un nuevo hoyo para el cable y para el tubo que lo oculta.


No hay agua para café porque el contacto está a dos metros sobre el suelo, de modo que a menos que subamos el despachador de agua al siguiente nivel no llega el cable. No tengo cajones porque son color caoba, y ahora deben ser beiges. Tengo una charola nueva para deslizar mi teclado bajo el escritorio, pero necesito un teclado con la mitad de teclas, porque este no cabe (si saben de un alfabeto con menos letras les agradeceré el dato).


Mi silla nueva tiene tatuado el trasero de quien hizo las reparaciones del techo, de quien aunque no conocí, puedo comentarles que tiene un rabo gordo. Sobre mí tengo también varios cables de colores que supongo habrán de traerme la anhelada energía. Energía creadora.


Parece que hasta este momento, a nuestra recién terminada remodelación le falta más que cuando empezaron.


Ya les contaré mas detalles pronto que me tengo que ir, son las 7 y no pagan extras.


Perfil Bajo.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Carta a mi amigo desconocido que se fue

Algo de hace algunas semanas, mi amigo ya no contestó.
 
Perfil Bajo dijo... 
 
Alfonso, apreciable desconocido, No puedo decirte que entienda tu situación, ya que aunque la muerte es algo que todos enfrentaremos algún día, creo que muy pocos tenemos un reloj de arena que nos permita saber cuándo terminarán nuestros días. Los planes inconclusos son algo que vivimos diario, en mi caso me es fácil empatarme con tus planes de cambiarte de piso, de sacar adelante un proyecto de vida. Desafortunadamente existen muchos factores que aún creyendo que tengo una expectativa de vida más larga que la tuya, veo esos planes sumamente complicados. Igual que tú, tengo la necesidad de hablar con cualquier desconocido del mundo. No te compadezco. Tengo la firme convicción de que todos tenemos definida nuestra línea de vida y poco podremos hacer por cambiarla. Es imposible entender por qué muchos buenos se van y muchos malos se quedan, sin embargo es algo con lo que los vivos debemos de aprender a convivir. No me considero una persona del todo buena, he hecho mis cosas reprobables, sin embargo considero que he enfrentado obstáculo tras obstáculo para salir adelante y a la fecha no le veo el fin. Es una maldita ironía que muchos de los que se van no se quieren ir, y muchos de los que se quedan no se quieren quedar. Te invito a que el tiempo que te quede, aunque sea poquísimo, sea utilizado para influir positivamente en los que te quieren, en tu mundo. No dejes impresiones duras de recordar y superar, de amargura y desencuentro con la vida. Sé que es muy fácil aconsejar cuando no se está en los zapatos del otro, sin embargo lo único que tengo para acompañarte es mi pensamiento, mi filosofía de vida, tan pobre y simple a veces y tan rica y compleja en otras ocasiones. Querido amigo, el tiempo es valioso, los consejos sinceros (aun de desconocidos) lo son también. Espero que estos 15 minutos que aun costándome tan poco sean valiosos para tí. Un abrazo. ¿De dónde me sale eso?¿por qué habría yo de contarle a un desconocido que busca un asidero para no irse de boca en esta vida que le guarda tan poquitos días? Pues porque así soy yo. Lei a Alfonso de 34 años, quien recién llega del médico con muy malas noticias. Deja este mundo más temprano que tarde, ¿y cuál es su rección? una igual que la mía, contarle sus cosas a un perfecto extraño, el que sea, que quiera leerlo.  Nunca dejará de sorprenderme que existamos personas como yo, que nos gusta contar nuestras cosas al que sea. No nos importa tanto qué piensen, pero nos gusta contar. Tal vez por eso estudié contabilidad, porque me gusta contar, pero nada que ver con los números, lo mío son las palabras, y constantemente me descubro contándole a la gente cosas que no tienen por qué saber, y no hablo de chismes. Yo cuento mis cosas. Pero hay algo muy malo aquí. Soy mucho mejor hablando que escuchando. Creo que seré muy bueno dando consejos, pero la verdad es que igualmente soy bueno para desconectarme de lo que la gente tiene para decirme. A veces Dios no es muy bueno juntando hambre y necesidad, los "máses" con los "menoses". Alfonso no buscaba mas que un desahogo, compartir la gran pena de que se muere y sus planes apenas empezaban. Buscaba quien lo escuche, lo lea, lo entienda, y yo, egoistamente lo usé para contarle alguna historia que tenia guardada para un día como ese. Sin embargo mis buenos deseos para mi amigo desconocido con sinceros, tengo ese detalle: empatizo con los perfectos extraños -y con las extrañas perfectas-. Si aun vive le deseo lo mejor de éste y el otro mundo. Le deseo que tenga la sabiduría necesaria para decir me voy, se acabó lo que se vendía y con un miedo horrible parta a lo que sigue. ¿Alguien quiere algún consejo? ¿habrá rencarnación? porque tengo algunos planes. Perfil bajo El mal escuchador.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Mexico y Polandia ¿países hermanos?

Madres... NO!!!!
mientras escucho a Juan García Esquivel, una plática personal de una compañera y un barullo enorme de voces de fondo me parece un buen momento para darme una pausa.
Es viernes, uno de mis días preferidos de la semana y para bajar la tensión del café matutino les comparto:
He seguido dando vueltas a la idea de que será interesante publicar unas pocas de las aportaciones que hace a mi vida mi embajadora de Europa Central.
Ayer Polyta me decía por enésima ocasión que todos los mexicanos somos impuntuales, así que no importaba la hora a la que pasarían por ella, pues seguramente sería mucho después. Yo, la verdad ya con el buche lleno de piedritas perdí un poco la compostura y le contesté que aunque no creo ir nunca a polandia -por la pobre labor embajadurística de que he sido víctima-, y partiendo de una muestra muy pequeña me atrevo a aventurarme y dar fé de que todos los poloneses son idiotas.
Ya sé que no parezco mexicano, me lo han dicho más de una vez, me dijeron que no lo parecía pues no traia sombrero, me dijeron que no lo era por no ser moreno, y la verdad no los culpo, claro que no lo parezco si me comparo con nuestro estereotipo en el exterior, pero que alguien me restregue en la cara una etiqueta de impuntual es lo peor que me pueden hacer después de ignorarme, así que bueno, otra raya al tigre (desde luego ya también me ha ignorado).
He tenido que escuchar algunas frases que en verdad me han hecho cuestionarme como es que alguien puede llegar ostentando una boleta de calificaciones con excelentes notas de su país y llegar a México a hacer comentarios como:
"quierrro que me dé influenza y sobrevivirrr" (argh!! por-fa-vor)
"que horror, no saldrrré con ella porrrque me enterrré que es lesbiana... mmm aunque podrrría besar a una mujer". (que muchacha tan centrada).
"los mexicanos son impuntuales" (en la puerta de su cuarto con los pelos parados un miércoles a las 8.00 am, cuando debería estar en su escuela desde las 7.00 am).
"En México odos los prrrofesorrres son muy malos" (se vale pensarlo, pero adivinen a qué nos dedicamos mi esposa y yo).
"Salgo con peeehhhpeeeehh porque todos los mexicanos me dicen "errrres muy bonita y te amo" y peeeehpeeeeeeh nunca me lo dice, ¡¡de verrdad!!" (pues no, pepe es jotísimo y creo que exagera al decir que "todos").
"Puedo volverr en la madrrrugada, no me pasa nada porque pienso que no me pasa nada". (metafísica)
"No crrreo en Dios, cuando estoy prrreocupada sólo pienso: no quierrro morrrir". (¿agnóstica? ¿iluminada? ¿taruga?)
a la cajera de una tienda de conveniencia: "somos interrrcambistas, ¿me rrregalas un café?"
"para mí la familia no es importante, podrrría no volver a ver a mi madre". (pero no sabe que hará el día en que su amigo de intercambio que conoce hace dos meses regrese a su país).
dirigiéndose a mí, después de decirles a mi esposa y mi hija que las quiero: "¿a mí no me quierrres?" (la pregunta ofende, claro que no).
"Para mi los adultos no son importantes" (mija, ¿sabes quién paga tus gastos? este adulto que estás viendo)
"todos los mexicanos son enojones, ¡¡todos!!" (es exasperante, realmente exasperante, no creo que conozca uno solo de buenas).
"Jamás regresaré a México, así que quiero conocer lo más que pueda" (que bueno que te gustó)
La verdad es que son solo pequeñas muestras que a diario me da de su aguda inteligencia, pero bueno, lo que así sin mucho escarbar me quedo por aprendido es:
Como decía Facundo, el que es pendejo aquí es pendejo allá.
Dios no puso Polandia tan lejos de México nomás porque si.
Un excelente rendimiento escolar no garantiza siquiera las aptitudes mínimas indispensables para coexistir con humanos normales.
Bien me dijo la tía, he aprendido que vivo mucho mejor sin ella.
Ya un más en serio, lo que no quiere decir que lo anterior sea broma, me he dado cuenta de que muy aparte de lo que cada persona piensa con sus propias neuronas, las familias son núcleos importantísimos para la gestación de humanos que sean propiamente eso: humanos.
Creo que lo que le pasa a esta niña es que no conoce los códigos de urbanidad básicos porque nunca nadie se los ha enseñado, que no da evidencia de ninguno de los valores universales porque nadie se los ha ejemplificado, es incapaz de convivir en un ambiente serio y familiar porque nunca lo ha ensayado. Esto debe llevar a una reflexión un poquito más allá, que es que su caso no es un caso aislado, existen muchas polytas haciendo tarugadas por el mundo, multiplicándose como gremlins, sin bases, sin ética, con comportamientos sociales anómalos, que son a la vez causantes y víctimas del deterioro social que ahora vemos, y si no se hace algo para mantener esos valores y comportamientos socialmente aceptables no veo a dónde vamos a parar.
Aprendo también que europa también tiene tercer mundo y que su sofisticación no se reparte equitativamente entre todos, porque como me he cansado de decirle a esta niña, los países están hechos por su gente, y aunque no se puede etiquetar a un país por una muestra de una sola persona, en este caso, la única referencia que tengo de este, es una criatura ya mayor de edad, muy desubicada, con una plática terrible, que estudia en un modelo educativo que absorbe todo su día y pese a ello no se ve reflejado en una mejor persona ni intelectual ni emocionalmente.
Siempre he pensado que como padres nuestro mayor y más importante proyecto son nuestros hijos, que día a día vamos forjando. La vida hace su parte a través de las experiencias y al final somos producto y ellos también lo serán, de lo que aprendemos en nuestra casa, de lo que la vida nos enseña, de lo que los amigos nos aportan, y de lo que nuestra retorcida mente acepta y rechaza. Sin embargo creo que vale la pena echarle muchas ganas para que nuestros hijos reflejen que les dimos lo más que pudimos y que demuestren que son capaces de ser mejores que nosotros.
Con esto doy cierre a mis cavilaciones sobre las relaciones Mexico-Polandia, de las que esperaba más y ahora realmente quiero menos. Si el futuro no se remedia solo, en un par de meses les estaré contando de las relaciones diplomáticas México-Eslovaquia, de las que realmente esperaré lo que llegue para no sentirme defraudado.

Perfil Bajo, el hacedor de buenas mexicanas.





Una rápida disculpa por la mala ortografía y redacción

A veces vuelvo a leer lo que ya escribí y me encuentro un montón de errores. Que flojera arreglarlos. Además la idea se entiende.




Saludos.


Perfil Bajo

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Estuche de supervivencia para viajeros en el tiempo

Pues con la novedad de que estoy retomando mi intención de volverme cavernícola.


Las razones originales pasaron a segundo plano, ya que afortunadamente la situación que me oprimía -y deprimía- ha quedado un poco atrás. Sin embargo, sigue siendo muy atractivo pensar en hacer un viaje al pasado para analizar en qué tiempo será mejor ubicarme y dejar correr el resto de mi vida.


De momento veo dos opciones bien claras: la primera, la de Dios, que más o menos todos conocemos, ya que la escuchamos todos los años. Podría volver al Edén y pasar ahí una eternidad muy bien acompañado por eva, pero sin comer manzanas, ya que eso me traería de regreso a esta complicada actualidad.


La segunda, propuesta por nuestro amigo Darwin es un poco más compleja y hay más factores que considerar a la hora de escoger exactamente en qué etapa quiero ir a parar.


Como sea, ya que soy un absoluto ignorante de la historia, los tiempos, los lugares y esas cosas, pues me voy a dar la libertad de arreglar el mundo antiguo según mis necesidades.


Creo que viviré en en mundo cuando tenía la configuración que nos enseñaron en la primaria: la pangea. ¿por qué? pues porque así las distancias serán más cortas, y como supongo que los caníbales no tenían barcos, y princess todavía no existía, sería muy dificil viajar por el mundo si los continentes están separados.


Siento que necesito un nombre. Dejaré de ser Perfil Bajo, por lo menos allá. Creo que me llamaré Pequeña Roca.


Voy a hacer una rápida selección de lo que habré de incluir en mi kit de supervivencia para viajar a aquél tiempo. Creo recordar que según mi amigo J.J. Benítez en "caballo de Troya" se podría viajar en el tiempo en aquél dispositivo que el denominó "la cuna", en la que de hecho dos hombres de nuestra era viajaron a hacer estropicios en la vida de jesús, reencarnando a Jasón y a Primipilus. Hablaré con él para pedirle prestada la cuna para mi viaje.


Voy a ir por secciones de mi casa y oficina para ir tomando lo necesario, que tendrá que ser pequeño porque la cuna era apenas más grande que un vocho. Si no acabara de vender el mío me iría en él.


Estoy en mi cuarto, mi cama es cómoda, pero no creo que sea buena idea. Esa tv de pantalla plana se ve muy tentadora, de modo que me llevaré la tv junto con un trozo de cable, ya que de poco me servirá la tv sin cable, ya en los tiempos de la pangea no existía la televisión abierta.


*Nota, no olvidar control remoto y baterías.


Me llevaré unos jeans levi's, porque aunque me atrae la idea de andar en taparrabo o incluso a ráiz -llevo un exhibicionista dentro-, no faltará el día en que tenga algo de frío, o quiera cubrirme un poco de tanta tierra.


De mis gorras, todas ellas regaladas, y la mayoría procedentes de Europa, me voy a llevar la de San Diego, que está nueva. Además de que será más rara una gorra de San Diego, que todavía no existe, que una de europa que voy a tener a la vuelta de la esquina (pangea ¿recuerdan?).


Creo que también tomaré el Ipod, que ocupa poco lugar y garantiza horas de diversión, aunque el mío es de sólo 30 gigabytes.


Me llevo mi almohada.


Salgo a la sala, de donde no creo tomar mucho, pero si me llevaré fotos de mi familia, porque aunque allá seguramente formaré otra, no descarto la posibilidad de un día hartarme, treparme a la cuna y reaparecer en casa el mismo día en que me fui tan fresco que aquí no pasó nada.


Me llevaré una foto digital de la "noche estrellada" de vincent, porque me parece mucho tiliche llevarla ya enmarcada para irla cargando, pero bien podré recrearla en una pared de mi caverna, y no solo eso, sino que además, como estaré en la prehistoria, la de Van Gogh será un plagio.


creo que de la sala es todo, veremos. Camino a la cocina y veo el refrigerador, ni pensarlo, aunque mantener helada la cerveza será un problema. La estufa será fácilmente sustituida por una gran fogata que tendré siempre encendida, con la ventaja de que no hay que lavar la fogata luego de cocinar. Creo que aunque el microondas sería de gran utilidad yo no sé sacarle provecho, porque sólo uso las opciones "beverage" para hacerme un café o un té, y la de "popcorn". No le veo mucho caso a irlo cargando para hacer café y palomas, así que a lo mucho me llevo un sartén, ese bien feo que a mi me encanta. Porque si me llevo el de teflón no pasaría ni cinco minutos cuando mi esposa ya estaría en la prehistoria reclamándomelo. Que no se me olvide llevarme una tapadera, o tendré que comer siempre mis palomitas del suelo.


Me llevo también un sacacorchos, no llevo vino tinto -allá lo fabrico, de ser necesario le llamo a mi primo que trabaja en un viñedo para preguntarle como- pero siempre que he buscado un sacacorchos recuerdo que no tengo uno, y acabo abriendo las botellas aventando el corcho hacia adentro con un desarmador. No está de más llevármelo.


Tomaré el ajo envasado y listo para usar y algo de aceite de oliva, porque aunque también lo fabricaré, me gustaría comer un espagueti al ajo llegando.


Tenedor!!!! o-dio comer con la mano, porque adempas me quedan oliendo los dedos oliendo a comida.


Me voy a llevar un taco de alambre de los que hace mi mamá, luego se los describo, están buenísimos. La idea será probar si puedo sembrar un taco -o medio taco, me voy a comer la otra mitad para en caso de que no funcione no quedarme con el antojo- y ver si logro obtener un árbol -si fuera planta los tacos podrían crecer en el suelo como las sandías- de tacos. Lo voy a sembrar con guacamole y salsa de tomate para que salgan ya listos para saborearse.


Coca cola. Me llevaría una charola de cocas para tomármelas claro, pero además para poder probarlas y comparar su sabor con el de las cocacolas que haré yo allá, y a prueba y error voy a descubrir su formula secreta.


Pasando ya de salida veo mi gafete del trabajo, que no me va a servir para nada pero ya estoy impuesto a usarlo. Me lo llevo.


Regreso al baño por jabón y papel higiénico -no voy a explicar-, y mi cepillo de dientes, ya de por si amarillos y chuecos. Lo bueno es que allá voy a ser algo así como dice el dicho pero con alguna adaptación "en medio de chimuelos el de los dientes chuecos y amarillos es rey". Veo el baño y me dan ganas de llevármelo... me ha dado tantos momentos felices que me siento malagradecido de dejarlo, pero creo que habrá de esperar.


Calculando el espacio en la cuna, creo que me queda un campito. No sé, tal vez lleve una amiga.


Siento que olvido algo, pero es mi sensación de diario, es una de mis compulsiones que ya compartiré en otro momento.






Pequeña Roca, el cavernícola.

martes, 17 de noviembre de 2009

¿Sólo soy un número en la fila?

Hoy, después de haber realizado ciertas indagaciones para recabar alguna información numérica solicitada por mi jefe, me puse a pensar en si sigo siendo Perfil Bajo, si me he convertido en alguien más o más allá de eso, si seré sólo un número que va cambiando de lista en lista a lo largo del día.
Cada día al salir de mi casa –que no es la suya-, me subo a mi carrito ochentero y manejo los más o menos 4 kilómetros que me separan de mi oficina escuchando música apropiada para alguien de mi edad, a un volumen apropiado para alguien quince años menor. Me queda claro quien soy yo, circulo siempre por los mismos carriles esquivando los mismos baches. Miro muchos de los autos de diario y al final llego a mi entrada, donde debo calcular si quepo entre auto y auto que de prisa brincan un tope que intenta reducir la velocidad de los conductores para que yo quepa. Es inútil. La mitad de las veces alguien me recuerda a mi queridísima madre. Hoy de plano vi que quien venía sin frenar manejaba un mercedes, así que solté el freno y así como sin mirarlo me hice para adelante. Me dijo idiota moviendo los labios y yo del mismo modo agaché la cabeza y le contesté “huy perdón, no te vi”, pero funcionó, me abrí paso para ahora poder integrarme a la fila para entrar al estacionamiento, bajar apresuradamente de mi carro, que invariablemente queda al fondo de un lote en el que caben unos tres mil. Camino a mi edificio en el que seremos tal vez mil, entro en la oficina que comparto con unos cuarenta y me siento en mi escritorio desde donde veo unas quince mujeres, unas más bonitas que otras, pero al final todas bonitas, cosa que agradezco mucho al señor que todo sabe y me observa desde arriba. Desde luego sabe que me vuelve loco con eso y lo hace por molestar -porque si alguna constante he tenido en mi vida es que siempre he estado rodeado de mujeres, en mi casa, en mi trabajo, en el table-.
Para entrar debo mostrar un gafete, posterior a eso me identifico con la huella de mi dedo medio. En la dirección de personal hicieron todo lo posible porque mi identidad saliera de mi índice, pero curiosamente ahí no tengo huella digital, así que tuvo que ser el dedo medio, por lo que todos los días al llegar a mi trabajo y al retirarme me identifico apuntando mi dedo medio al lector entre la puerta y el policía. El Señor sigue caminos misteriosos.
Ya instalado en mi escritorio con mi computadora, mi teléfono IP y mi calendario como únicos adornos, empiezo a dejar de sentirme tan yo, empiezo a dudar del impacto que un Ruiz de Nochistlán puede causar en medio de este enorme monstruo en donde ahora parezco más un número que una persona llena de ideas, de experiencias, aventuras y buenas intenciones.
Empiezo a revisar mis pendientes, que todos tienen que ver con números y que todos deberé sacar de la caja idiota que tengo enfrente, que tiene la capacidad de procesar miles de veces más información de la que yo soy capaz de pensar, y vaya que estoy pensando muchas cosas.
Pero bueno, ya dudando de si soy Perfil Bajo o el 777 salgo a comer, donde desde luego debo hacer otra fila y mostrar mi gafete al pagar y al pedir mi plato. Sobra decir que comeré lo que la señora del mostrador me quiera dar, porque la única vez que la contradije me contestó que “había que ver para creer que no quisiera yo lo que me sirvió”. De nada valió decirle que me había servido una porción diminuta que el anterior en la fila no quiso y dijo que estaba toda mosqueada. Total que salí con una pieza de pollo que difícilmente habrá crecido más que un pichón, guacamole con mucha cebolla y sin arroz.
Desde aquél día cuando la señora olvida mi récord negativo me pregunta ¿qué va a querer? Yo le contesto “pos lo que usted quiera, de todas formas me sirve lo que le da la gana” y bueno, a veces se ríe, a veces se traba, pero siempre me sirve lo que quiere. Algo muy interesante -que no sé si sea una de nuestras marcas “sólo en México”-, es que en todos los lugares que debo hacer filas la gente se me va metiendo por todos lados. Trabajando en un mismo lugar por tantos años aquí todos somos muy influyentes, y en cada fila conocemos a alguien, así que como cosa ensayada, que no es otra cosa que la pura costumbre, llegan y en tu cara le dicen al de adelante “gracias, ya vine”. A veces nomás pelan los ojos, pero igual se meten.
Después de la fila de la caja, la fila del platillo principal, la fila de la sopa y la fila de los cubiertos, siempre me doy cuenta que la persona que originalmente estaba enfrente de mí, de alguna forma ya va como cinco o siete lugares adelante. Esto es todos los días.
Ya con mi plato nutritivo, servilletas, cubiertos, soda, sopa y paquete con tres tortillas -todo esto en dos manos porque se robaron las charolas- avanzo a la zona de mesas. Casi siempre están ocupadas todas, son unas treinta, pero casi cada una tiene una soda, una servilleta o unas llaves que indican que están apartadas. De modo que debo acercarme como la fea de la fiesta, mesa por mesa buscando quién me recibe para compartir los sagrados alimentos que devoro en silencio, con mi soda tapada hasta el final.
Luego de eso regreso a mi escritorio, reviso los números de quienes me llamaron, reporto mi falla de red y proporciono mi número IP para que me atiendan.
El otro día una compañera –de quien no sé bien el nombre- me dijo “hey, tú, Orozco” y yo le contesté “Orozco la más vieja de tu casa” y a los días vi que mi silla dice “Orozco” en el respaldo, escrito con corrector líquido. Lo cierto es que cuando como no conozco, pero ya no quise aclararle quien soy. El viernes me dice otra compañera “Alejandro, ya tenemos que irnos”, le expliqué que no soy Alejandro, que mi nombre es Perfil Bajo, y ya ella se presentó. Así que ahora sé que ella es Martha, y trabaja de nueve a siete para darles mejor vida a sus hijos.
Con esa poca información, Martha pasó a convertirse en una de las personas de quien más sé en mi oficina, porque fuera de ella sólo identifico a “la feíta del cuerpazo que hace olvidar el inconveniente”, “la morenita simpática que gana cuatro veces mi sueldo”, “la gordita hermosa con boca de besito que diario me dice que qué guapo estoy”, “la señora amable que sale igual de tarde que yo”, “la corrientita que habla con frenillo y come de todo”, “la de las mandarinas”, “la que parece hombre sin importar qué se ponga”, “el que va al baño y no se lava las manos”, etc.
Con tantas personas de quienes no se nada es difícil recordar quien soy yo.
Lo bueno de todo esto es que al rato saldré, mostraré mi dedo medio al policía y caminaré esos cinco minutos al estacionamiento, donde a esa hora quedarán ya solo unos treinta autos. Me subiré en mi carrito ochentero que tanto me gusta y poco a poco volveré a ser yo, cantando mis canciones de cuarentón a volumen de veinteañero, llegaré a mi casa a la hora de siempre a recibir un beso de mis hermosas viejas y entonces sí recordaré perfectamente quien soy, de dónde vengo y a dónde voy, por qué y para quién trabajo, hasta dónde quiero llegar, y volveré a tener claro mi noble y remoto origen.
No soy un número. Soy un tipo inteligente, guapo y con muchos planes en la vida. 

Soy Perfil Bajo, de los Ruiz de Nochistlán.

viernes, 13 de noviembre de 2009

¿Relaciones diplomáticas intercontinentales? ni madres.

Tengo unos tres meses de sentirme muy mexicano. Un primermundista en México.
Es curioso, pero gracias a mi madre siempre he sido un tipo con una autoestima muy completa. Vivo mi vida brincando de un lado al otro en la línea de la supervivencia y la apenas vida, sin embargo siempre he tenido el descaro de decir que soy de esas personas que rara vez se conocen, con clase, con gusto por el bien vivir y con un pequeño toque de gente ordinaria nomas para no caer tan gordo.
Con todo lo anterior, ya tendrán algún contexto que les oriente para tratar de comprenderme, igual hasta para aceptarme.
Les contaba yo, que hará unos tres meses finalmente se cristalizó nuestro longevo plan de mandar a una de nuestras hijas al extranjero, a que se vuelva gente bonita (ya es, pero da más) y aprenda un segundo idioma. De modo que vive en Canadá, en un paradisiaco y pequeño lugar. Lo bonito de este juego es que para participar, es necesario dar algo, a mi hija, a mi gente, a todo el que ha estado dispuesto a escucharme alguna vez le he dicho que en esta vida nada es gratis. Todo implica un costo, económico, en especie y hasta moral, pero todo se paga. Entonces pues, recibimos a una criatura de Polonia que vendría a llenar el hueco de la ausencia de nuestra querida hija. Nos pareció muy buena idea eso de pagar con la misma moneda al recibir a una niña que igual que la nuestra, llegaría a ser la alegría del hogar anfitrión y a causar las delicias de nuestras amistades al compartirles sus experiencias con su acento tipo kamarrada ruso.
Dios sabía y no me dijo cuán equivocado estaba yo. Los inicios pintaban bien, la niña se veía gente bonita, así que me dije: "se ve bien, seguramente lo que trae el paquete valdrá la pena", pero pues ya desde nuestra primera frase las cosas sonaban raras. Seguramente nos veíamos muy singulares todos parados en la sala de arrivals del aeropuerto acompañados por mi hijita chiquita de 8 años con su letrero de "bienvenida polyta". Después de algún rato llegó con su saco institucional y cara de pocos amigos. Nadie debió decirle que aunque de Polonia a México es bajada el tirón está largo. Todos la recibimos con un abrazo, un beso y un "¿cómo estás? bienvenida" a lo que ella contestó "cansada".
Luego de ese primer encuentro empecé yo a tener una que otra mala idea sobre Polonia y su embajadora de buena voluntad, pero pensé que eran mis prejuicios y mi filtro tan agudo para escoger a la gente que quiero cerca. Poco a poco las cosas fueron fluyendo y empezamos a verle lo bueno a la niña: dormía mucho, comía sólo quesadillas, se bañaba diario y hablaba poco. ¿qué más podíamos pedir?
Total que a diario nos felicitábamos por la suerte que teníamos de haber recibido a esta jovencita tan modosita, a la que poco a poco íbamos descubriendo como algo que podríamos equiparar a una naca de importación. El primer día nos moríamos de risa de que le encantaban las novelas, a los días nos maravillamos por la candidez con que se confesó fan de las luchas y de toda la música de "exa". Empezó a cantarnos diario una canción de una tal fanylu y otra que decía "cahuates pistaches". Un día no aguanté más y le dije "eres naquísima", pero ni se ofendió. Seguro que en Polonia no distinguen a un naco de cualquier otro.
Le gustan las faldas cortas, sobre eso no tengo tanta queja, pero creo que México y los mexicanos no estamos listos para faldas tan cortas, y seguramente más de una cosa le han de decir al verla por ahí enseñando calzón. Un día le pregunté "¿así te vas a ir?, enseñas todos los calzones" y me contestó "me puse unos bonitos".
Un día se nos puso malísima, nunca pensé que las quesadillas fueran tan malas, pero supongo que si son capaces de poner a alguien así como se puso ella luego de comer solo quesadillas durante 20 días, no pueden ser buenas. Pasó toda una noche vomitando, cambio de sábana, vómito, cambio de sábana, vómito y así hasta acabar con nuestro clóset de blancos. Le encantaban pero no se hicieron buenas amigas porque no la he vuleto a ver comer una. Pero esto no le pasa sólo con las quesadillas, porque igual he visto que le pasa con amigas, como su nueva amiga que perdió tan pronto como le pepenó al jóven moreno encendido que según esto era su mejor amigo. El es buen partido segú se . No soy racista, pero lo moreno de su piel va mas allá de los estético o por lo menos en él no se ve sexy, de la única fiesta que me contaron acabó medio indispuesto de su idilio con el alcohol y lo tuvieron que separar del chaparrito de porcelana. Yo lo vi tipo regetonero pero no sé. Nomás lo tengo a él para referencia de sus gustos. Bueno, a él y a otro de trenza, barba y patillas largas de aspecto hippie que un día la llevo a la casa luego de bailar un par de horas al aire libre en una plaza de zapopan.
Ya pensaba yo que cosa fina tal vez no era, pero me consolaba pensando que era buena persona. Luego sucedió.
La invité al fútbol, a mi que ni me gusta el fútbol porque no entiendo como puede alguien emocionarse viendo a una bola de nacos venidos a más porque le saben pegar a una pelota, dirigidos por un especialista, igual de naco que ellos pero con mas dinero y con la virtud de lograr que once que mas o menos le pegan sean capaces de no dar una. Pero eso es otra historia. Total, le digo, pues vamos. En un rato me llama y me dice "si, pero podrrrrrías llevarr a mi amiga?" y yo, todo amabilidad claro que le dije que si.
Luego de un par de malentendidos -que a esta pobre le han pasado tantos que empiezo a pensar que tantos malentendidos no pueden ser una coincidencia- pasé por ella a un punto acordado, cargando yo su bolsa que no combinaba con mis zapatos. Pasé un par de veces porque no la encontraba. Luego de llamarle al móvil y regañarla la encontré. Se subió atrás y pidió a su compañera que hiciera lo mismo. Yo me alcancé a molestar, porque aunque mi carro no tiene todas las opciones de confort, sí tiene dos asientos adelante. De poco sirvió mi cara porque igual me fui solo adelante hasta el estadio. Fiel a su poco verbo no me habló hasta adentro del estadio donde primero me dijo, "el estadio es pequeño", en su rancho el estadio ha de ser para 500 espectadores, pero igual le pareció poca cosa. Unos 30 minutos después me habló de nuevo: "quierrro palomitas" y yo, amable y lamentando haberme molestado por incidente del "taxista" le compré sus palomitas de maíz. No me dijo gracias. De hecho las gracias creo que sólo las escucho cuando no son apropiadas, ella ha de pensar que significan otra cosa. Una hora más tarde me habló de nuevo: "...... frase incomprensible", porque como se sentó a dos bancas de donde estaba yo, no la alcanzaba a escuchar, así que me acerqué y ya me dijo "¿nos tomas una foto?" Así acabó mi primer juego de fútbol en el estadio de los últimos 18 años.
Claro que yo me empecé a sentir como que con una predisposición negativa a mi embajadora... continuará.

jueves, 15 de octubre de 2009

Esta tristeza tan común no puede ser normal.

Pues si.

Últimamente caigo tan en cuenta de que esta tristeza no debe ser normal. Es común, es lo de diario, pero no es normal.

Ya me cuesta trabajo recordar la última vez que pasé un día tranquilo, sin la preocupación cotidiana de qué iré a hacer mañana para salir de mis apuros. A mi alrededor veo gente que vive sin sobresaltos, con patrimonios medianamente sólidos que les permiten tener relativa certeza de cómo estarán en un mes, o en un año, y mientras tanto yo, llevo tanto tiempo viviendo al día que no puedo saber siquiera como terminaré mi mes, ni a quien más deberé favores.

Parezco emo, tanto que critico a esos mocosos tarugos que se esmeran en sufrir alegando cualquier cantidad de situaciones irremediables en el mundo y su vida, que los hacen preferir morir. ¿Habráse escuchado antes mayor estupidez tan en boca de todos los jóvenes? No lo sé, pero a pesar de mi absoluta oposición a ese tipo de movimientos tontos en pro de sufrir, llevo años de sufrimiento, pasando de un temblor de manos y sudoración fría, al casi-llorar por cualquier idea que me pasa por la mente, de la incertidumbre y la desesperanza a la respiración profunda que inhibe el amago de un ataque de pánico, término por cierto desconocido para mí hace unos pocos años, y ahora tan sabido que soy el primero en diagnosticarlo a mis familiares y amigos cuando me cuentan de esos ataques de falta de aire, de sensación de muerte inminente, de un miedo horrible al "qué pasará".

No tengo miedo a la vida, no me siento al borde de la muerte tampoco, pero si tengo una tremenda ansiedad sobre la longevidad que pueda tener esta horrible sensación, es como el sadomasoquismo, es un no querer morirme nomás por seguir sufriendo. Esto tiene cosas buenas, muchas sin duda, pero este costal de penas que tengo por cuerpo es mucho más receptivo a las penas que a las glorias. No quiero vivir triste, menos quiero morir triste, pero muero de ganas de saber qué me depara esta vida, si me guarda por fin una adultez tranquila y sin sobresaltos, o si de plano debo hacerme el ánimo de que los problemas y las preocupaciones nunca terminan.

No sé si cuando Dios creó al mundo y nos brindó esta inteligencia, estaba pensando en que la usaríamos tan mal. Charles Darwin se equivocó en su teoría, no hemos sobrevivido los más fuertes, hemos sobrevivido los más complicados.

Era (quiero imaginar) mejor vivir en cuevas, en aquélla bendita promiscuidad sin preocuparnos de qué comeríamos mañana. Lo de menos era matar un chivo, un mamut, un perro salvaje, o al más viejo de la tribu. Con gusto me comería al tío de mi vecina y luego de eso me reuniría con mis amigos trogloditas a comentar las incidencias de la caza del día anterior, o de la hembra en turno, al tiempo que aspirara el humo de la fogata (desde luego que seríamos caníbales prehistóricos con encendedor) aderezado con esa planta que allana el camino para intercambiar impresiones con los Dioses.

Seguramente no me hubiera importado ser cromagnon, neanderthal, o lo que fuera, ya que con ese cerebro primitivo madres me valdría ubicarme en una categoría taxonómica, en algún lugar en el mapa y mucho menos en el tiempo. Esos pobres que luego imaginamos huyendo de velociraptors y tiranosaurios nunca supieron lo que era pagar impuestos por circular en sus veredas a través de valles o pagar su seguro de gastos médicos y las escuela de los niños. Casi quiero ser cavernícola, hombre eso sí, aunque ya he afirmado que en estos tiempos preferiría ser mujer. Los porqués no los comparto, pero desde luego que ser mujer es mejor ahora que en la prehistoria. En la prehistoria no existía la liberación femenina, que mal tratada se convirtió en una exaltación del feminismo que luego dejó de gustar cuando se les dejó de ceder la silla y ayudarles con los bultos, de modo que evolucionó a esta famosa "equidad de género", que afortunadamente no llegará mientras este desventurado camino evolutivo nos permita conservar estas (sabemos cuáles) benditas diferencias.

Ya pasé de ser hombre del sufrir, a ser caníbal, y me gustó. Espero llegar esta noche caminando a mi cueva después de este día de ardua cacería, poder encontrarme con una hembra y hacerle el día, tomar un trozo de muslo de terodáctilo y sentarme en mi piedra preferida a cenar viendo mi programa favorito en People & Arts.

Saludos pues.

La primera impresión

"Sólo tenemos una oportunidad para causar una buena primera impresión". Hoy recordé esa frase, y también recordé a la Tía Matilde...