viernes, 11 de agosto de 2017

La primera impresión

"Sólo tenemos una oportunidad para causar una buena primera impresión".
Hoy recordé esa frase, y también recordé a la Tía Matilde preguntando con su característico timbre de voz en la parte alta de la escala "¡¿¿¿A poco esa chingadera es el Ingeniero???!"
"El Ingeniero" es y ha sido por años mi apodo entre mis amigos de toda la vida Luis, Patricio y familia... y bueno, "La chingadera" era yo, aprovechando mi única oportunidad para impresionar a su Tía Matilde.

Un abrazo para todos Patriachi Arriaga Revello. Mis recuerdos con cariño a la Tía también.

lunes, 19 de septiembre de 2016

Soy leyenda

Pues si.

Dicen que las leyendas surgen de historias que se cuentan tantas veces, que van adquiriendo rasgos de irrealidad. Agregados de la cosecha de quien las cuenta.

Hoy me he contado tanto estas historias a mí mismo, que me he tornado en una leyenda de mí para mí mismo.

Ya sé, ni se entiende y se lee muy mal. Pero así lo pensé.

Soy Perfil Bajo y soy leyenda.

viernes, 14 de marzo de 2014

Éxito al alcance de todos.

Desde que empezamos a recibir mensajes (más bien entenderlos), una de las ideas y deseos que recibimos es que nos vaya muy bien en la vida, pero ¿qué es que nos vaya muy bien?

Hay muchas concepcions de éxito, todas asociadas con un feliz resultado o la buena aceptación de algo, sin embargo ¿cómo debe uno entender el éxito?

Cuando hablan de alguien como una persona exitosa lo primero que asocia uno es un buen traje, un auto caro, una buena casa, una hermosa familia, viajes, negocios, etc. Sin embargo en estos tiempos de crisis en donde lo arriba mencionado es privilegio de unos pocos, creo que se vale pensar en otras modalidades de éxito menos socorridas pero igual de saboreables si sabemos recibirlas como son: éxitos, éxitos que no se vinculan al dinero.

Pensando en este tipo de personas exitosas me vienen a la mente varias personas, no todas cercanas a mí, pero que por una cosa u otra las veo felices y siendo exitosas viviendo sus vidas no siempre opulentas.

buena parte de la sensación de éxito en nuestras vidas tiene que ver con nuestra capacidad para dejar atrás las frustraciones por las cosas que no logramos. Es un reflejo de nuestra inteligencia emocional. Todos logramos unas cosas y no logramos otras. Siempre he dicho que no hay felicidad completa, pero no en el sentido de que realmente no se pueda ser feliz del todo, sino de que a todos nos falta algo, ya sea belleza, bienes materiales, inteligencia, agilidad mental, capacidad para expresarnos, amor, familia, actitud, etc., pero aun con esa aparente felicidad a medias, se puede vivir feliz y más aun, ser una persona exitosa.

Como dije en mi segundo párrafo, se asocia éxito con la felicidad, y en mi experiencia personal esta felicidad ha llegado como consecuencia de la aceptación de lo que soy, de lo que he vivido y de lo que tengo. Vivir para tener cosas parece ser el propósito de nuestra llegada a este mundo, así que resulta curioso que luego de una vida de trabajar mucho para acumular cosas, acaba uno yéndose igual de desposeído que el que nunca trabajó ni logró hacerse de nada.

Por otro lado, está la gente con "estrella", que nada más nacer podrían considerarse exitosos, sabiendo que nada les va a faltar. Creyendo que nada les va a faltar diría yo, porque igual les falta, pero en otros aspectos. Alguien que consideré mi amigo me restregaba en la cara que tenía casas, autos, viajes y un negocio próspero. Lo único que me nació del corazón contestarle es que no entendía de dónde tanto orgullo si el negocio es de sus padres y ya estaba ahí antes de que él naciera y que todas las demás cosas habían salido de ahí; que no tenía ningún mérito personal vivir como vivía, con dos matrimonios fracasados, desempeñando el cargo de "hijo del dueño" en su trabajo y moviéndose por la vida enfundado en un cuerpo de chile relleno, sin posibilidades de que un cirujano plástico o lipoescultor lo saque de tal condición porque bien dicen, no hacen milagros. Sobra decir que mis declaraciones acabaron con la amistad. No hay felicidad completa.

No hace falta llenarse de cosas para ser exitoso. El éxito puede encontrarse haciendo lo que quiere hacer, disfrutando los logros alcanzados y valorando lo que se tiene, que bien puede ser un kit de simpatía, sagacidad y sonrisa; o uno de entusiasmo, iniciativa y seguridad. Vivir para tener cosas no es el camino, siempre habrá cosas por tener, y siempre será más lo que no tenemos así que hagamos nuestro inventario, cuidemos lo que tenemos, revisemos nuestras metas y disfrutemos lo alcanzado.

Éxito.

Perfil Exitoso.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

La idealización del pasado

Para variar hoy me desperté pensando.

Pensando en bonitos recuerdos de mi infancia y adolescencia, pero hilados a estos me empezaron a llegar recuerdos de lugares que he vuelto a visitar luego de mucho; amigos que he reencontrado luego de mucho, y en casi todos los casos el regreso del pasado le quita la magia al recuerdo.

Regresar treinta años después a los deliciosos tacos con los que te deleitabas a los ocho años puede convertirse en una gran decepción. No saben igual. Ni siquiera saben buenos.

Visitar la playa donde jugaste de niño haciendo castillos, corriendo y retratando tan feliz en las fotos no deja sino la duda de en qué momento contruyeron tantas casas y dejaron entrar a tantos vendedores ambulantes. Ni el mar es el mismo.

Me he reencontrado con algunos amigos de distintos momentos de mi vida y aunque se disfruta la plática de los viejos tiempos, me resulta dificil crear "nuevos tiempos" con ellos y sólo se convierten en un contacto mas de mi red social y a veces, en casos realmente decepcionantes ni eso.

Conducir el auto de tus sueños de adolescente veinticinco años después te hace pensar cómo  es que lograron venderlos cuando fueron nuevos.

Qué tal las exnovias? tal vez encontrarse a los veinte con la que fue tu novia de la primaria te haga querer morir por no haber sido más precoz, pero a mi edad, por regla general las encuentro a todas muy carcomidas por el tiempo. Hubo una niña que me gustaba en particular a quien recordé por unos treinta años imaginándola cada vez con su cara de los doce años, en un cuerpazo de veinte, con una claridad de pensamiento de los treintas y una mentalidad liberal de hippie, en un atuendo arrollador y diciéndome "hola Perfil Bajo, fuiste y sigues siendo mi amor platónico, te he extrañado toda mi vida"... pero la verdad es muy diferente. En este caso en particular, alguien me compartió algunas fotos de aquélla niña hermosa de rulos rubios, piel etérea, piernas zambas y trasero poco agraciado, y lo único de lo que encontré vestigios fue del trasero poco agraciado, imagen a la que sólo tengo que agregarle la celulitis y aumentarle cinco tallas. Ya no es rubia, ya no es delgada, tampoco es blanca. Ni siquiera tiene un esposo de su edad. Parece que se casó con su chozno, aunque hay que destacar el hecho de que todavía tenga esposo porque al igual que las chaquetas de tweed, los esposos somos accesorio en vías de extinción.

Por décadas he perseguido algunos recuerdos tratando de reencontrarme con ellos, pero viendo lo encontrado creo que voy a reservar los pocos que me quedan tal como están, como bellos recuerdos que son sólo eso.

Soy Perfil Bajo de Los Ruiz de Nochistlán, y si te ví ni me acuerdo.


jueves, 23 de mayo de 2013

El largo camino por recorrer.

En la vida se encuentra uno con gente de todo tipo, desde el que nunca sale de su pueblo natal hasta el que nunca encuentra un sitio para echar raices.
En mi caso fui un niño y adolescente errante a causa del trabajo de mi padre (no el Dalai Lama; El donante), pero al casarme eché más raíces de las que supuse en ese momento. No siento apego a los lugares, pero mi familia me hizo inamovible de esta ciudad. Sin embargo, como todos en esta vida actualmente realizo un viaje de duración indefinida, en el que sé de dónde vine, camino diariamente y acumulo ya 42 años de pasos que no cansan, pero no sé para dónde voy ni cuando llegaré.

¿A dónde voy?

Soy Perfil Bajo, de Los Ruiz de Nochistlán.

jueves, 10 de enero de 2013

Abro mi billetera...

Abro mi billetera reviso mis tarjetas y la cierro; la guardo en mi bolsillo.
Abro mi cartera reviso mis tarjetas, reviso el saldo de mi último ticket del cajero automático y la cierro; voy a guardarla en mi bolsillo y a medio camino me arrepiendo, la abro de nuevo y repito el procedimiento anterior.

Luego de apenas unas cuatro o cinco veces estoy seguro: todo está como antes, como yo ya sabía.

Me estoy conteniendo de sacar mi billetera y verificar si todavía traigo los $2,400 de hace rato ¿o eran 2,800? Feliz 2013 mis queridas compulsiones, no las extrañé.

Soy Perfil Bajo, de los Ruiz de Nochistlán, y no la voy a sacar de nuevo ¿o si?

Mi primer auto de "señor".

Hace unos días le contaba a mi mamá de un Ford Maverick que tuve. Fue un carro muy especial, mi primero de casado.

Color discreto, el avispón verde se moriría de envidia al ver ese verde tan intenso brillante y tornasolado.

Era estándar y se le atoraban las velocidades, así que era muy normal que llegara yo de donde sea, todo lleno de tierra y grasa por meterme debajo del carro a destrabar las varillas.

Por dentro casi no tenía piso, estaba podridísimo y podía adivinar la velocidad nomás de ver pasar la calle bajo mis pies. Toda esa podredumbre y muchos choques me imagino, hacían que el carro se pandeara y bailara como hawaiiana al irlo manejando. Me acuerdo que en Av. Patria brincaba tanto que mi hija Fer (bebé entonces) hacía ruidos tipo "aaaaaaaaaaaaaaa" y se moría de la risa porque en realidad sonaba "aaa-aa-aaaaaa-a-a-aaaa-aaaaa-aaaa-aaaaa-aa" de tantos brincos de dábamos.

No se me olvida cuánto me ofendí el día que escuché a dos vecinas elucubrando un plan para que viniera la grúa por mi carro y lo llevara al tiradero. Muy molesto les expliqué que era mi carro y no estaba abandonado, era mi carro de los domíngos.

No era fácil atreverme a subir la velocidad porque no podía pararlo, pero tengo grabada como si fuera en piedra la mirada de mi esposa cuando una vez, circulando en periférico, los guardafangos empezaron a levantarse cual alas, al más puro estilo de Bond James Bond.

Carrazo!!

Soy Perfil Bajo y voy lleno nenas.

La primera impresión

"Sólo tenemos una oportunidad para causar una buena primera impresión". Hoy recordé esa frase, y también recordé a la Tía Matilde...