lunes, 7 de noviembre de 2011

Huellas borradas por el viento

Estoy en mi oficina a media mañana ordenando las ideas y buscándole a punta a la hebra cuando me viene una idea genial para escribir algo breve aquí. Entro a blogger y ya aquí, no tengo una jodida idea de qué iba a escribir.

Bendita memoria. No tengo memoria, soy todo un caballero.

No sé si sea algo sobre lo que valga la pena preocuparse, pero que barbaridad... me pasan tantas ideas por la cabeza que apenas llego a sospechar, cuando ya se fueron.

Cuando leo un libro, continuamente tengo que estar ergresando páginas para recordar la historia, y de los muchos que he leído, de muy pocos tengo remota idea de qué trataron. A estas alturas, considero que sin importar cuánto o qué estudié, soy totalmente silvestre. No estudié nada.

Hace una semana me crucé en el supermercado con una señora muy mona que iba casi corriendo a lo largo del pasillo de perfumería; casi tocamos los hombros, y pensé "esta mujer casi me atropella" y en esas estaba cuando caí en cuenta de que esa cara me era familiar, tan familiar como mi madre.

Como no me regresa la historia que pensé escribir hoy, que sirva nada mas la nota para dejar constancia de que los caballeros no tenemos memoria, y como bien decía Mantequilla "si to be or not to be, ya ni me acuerdo".

Soy Perfil Bajo, y no recuerdo de dónde soy.

No hay comentarios:

La primera impresión

"Sólo tenemos una oportunidad para causar una buena primera impresión". Hoy recordé esa frase, y también recordé a la Tía Matilde...