martes, 22 de febrero de 2011

La escurridiza y costosa satisfacción.

Luego de algunos días en que no he logrado quedar bien conmigo mismo, he estado notando recurrentes señas de que en realidad no estoy quedando bien con nadie.

Aunque las lecciones de vida siempre recomiendan anteponer el bien propio al de todos los demás, nunca falta que ande uno preocupándose por quedar bien con las personas, y con nuestros recursos e ingerencia limitada en las vidas ajenas andamos procurándoles la ansiada felicidad.

En el trabajo no quedo bien con nadie porque soy un chipote pegado en una esfera laboral más grande, a la que no puedo entrar, así que me conformo con vivir la mejor vida que como chipote puedo llevar. No puedo tener objetivos propios porque mi voluntad no es tomada en cuenta, así que llevo un par de años yendo a donde me lleven. Como no tengo confianza en nadie, no tengo amigos, ya que todo lo que diga puede ser usado en mi contra. En boca cerrada no entran moscas.

Llegar a casa luego de un mal día en el trabajo tampoco contribuye a hacer felices a los habitantes de mi hogar, ese que con tantos sueños formé hace ya casi 20 años.

Ni hablar de las insatisfacciones que causo aquí y allá mientras me transporto de uno a otro de mis entornos diarios.

Los regalos caros proporcionan una satisfacción muy volátil que la verdad no vale lo que cuesta. Creo que los regalos caros que he hecho no van a ser recordados cuando yo ya no esté, así que debo recordarme hacer algunos ajustes presupuestales para ya no seguir tratando de comprar cariño. El que me quiera que me quiera como pueda, el que no me quiera que no me quiera.

La satisfacción que no se vé es gratis y la única señal que puede apreciarse desde fuera es la de la famosa "sonrisa de satisfacción", la satisfacción inducida sale muy cara porque casi siempre se logra a través del dinero y dura lo mismo que dura un concierto, la panza llena o el gadget antes de descomponerse o que se lo roben.

Voy a tratar de hacer las cosas que me hagan sentir feliz y satisfecho de a gratis, pero por lo pronto voy a tomar un poco de impulso con una hamburguesa a modo de satisfacción pagada.

Ni yo me entendí.

Soy Perfil Bajo, de los Ruiz de Nochistlán.

No hay comentarios:

La primera impresión

"Sólo tenemos una oportunidad para causar una buena primera impresión". Hoy recordé esa frase, y también recordé a la Tía Matilde...